La llegada del otoño no sólo afecta a la piel, también a nuestro pelo. Aparte de la inevitable caída otoñal, tanto la fibra capilar como el cuero cabelludo sufren los cambios bruscos de temperatura causados por el frío y las calefacciones. ¿El resultado? Una melena más reseca y debilitada, a lo que tenemos que añadir una pérdida de volumen producida por la caída.
Pero, ¿sufren todos los tipos de cabello de la misma forma? El tipo de cuero cabelludo que más sufre es el de tipo seco, así como el que tiene algún problema específico, como caspa o psoriasis. Además, la fibra capilar más afectada por el frío es la de los cabellos secos, ya que se vuelve más quebradiza.
Tengas el tipo de cabello que tengas, es importante que combatas el frío con cuidados extra de la raíz a las puntas. Para evitar problemas este otoño, tan solo tienes que seguir estos cinco consejos:
1. Masajea y exfolia tu cuero cabelludo: Para empezar, masajeamos con las yemas de los dedos para reactivarlo. Después, continuamos con el masaje aplicando un peeling capilar que sea adecuado para cada tipo de pelo o problema. Terminamos con un tónico hidratante.
2. Utiliza un champú adecuado para la estación: Es aconsejable cambiar de champú de vez en cuando, pero con la llegada del frío debes optar por uno que no perjudique la queratina del cabello, además de utilizar productos que sean suaves e hidratantes.
3. Refuerza la hidratación: Es recomendable fortalecer y reparar el cabello nutriéndolo con un acondicionador de acción hidratante y aplicar cada quince días una mascarilla. Además, una vez lavado, utiliza siempre un sérum o aceite hidratante para que no se encrespe.
4. Elige un tratamiento específico: Para esta época, lo mejor es optar por un buen tratamiento hidratante, aunque habrá que tener en cuenta cada caso en función del tipo de pelo. Como los que más sufren son los cabellos encrespados -puesto que el problema de frizz se agudiza al resecarse más el pelo por los cambios de temperatura-, lo idóneo es optar por un tratamiento de queratina, ya que con él restaurarás por completo la fibra capilar y evitarás abusar de la plancha o el secador que lo estropean todavía más.
5. Nútrelo por dentro: La base de un cabello sano e hidratado comienza con una alimentación adecuada y una dieta a base de proteínas y hierro. Las proteínas, el azufre y el zinc son indispensables en la síntesis de la queratina; el hierro favorece la oxigenación de las raíces, y la vitamina B ayuda a renovar las células del folículo piloso. También es importante mantener una correcta hidratación.