El Ejercicio Reduce Hasta 13 Tipos Diferentes de Cáncer
Un nuevo estudio de la relación entre la actividad física y cáncer ha mostrado que grados mayores de actividad física en tiempo libre estaban asociados con un riesgo menor de padecer 13 tipos diferentes de cáncer. El riesgo de padecer siete tipos de cáncer era 20% (o más) menor entre los participantes más activos (90º percentil de actividad) en comparación con los participantes menos activos (10º percentil de actividad). Estos resultados, de investigadores del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), parte de los Institutos Nacionales de la Salud, y de la Sociedad Americana Contra El Cáncer, confirman y extienden la evidencia de un beneficio de la actividad física en el riesgo de cáncer y apoyan su papel como componente clave de programas de prevención y control de cáncer para toda la población. El estudio, por el doctor Steven C. Moore, del NCI, y colegas, apareció el 16 de mayo de 2016, en Jama Internal Medicine.
Cientos de estudios anteriores han examinado las asociaciones entre la actividad física y el riesgo de cáncer y han mostrado reducción de riesgos de cánceres de colon, seno y endometrio; sin embargo, los resultados han sido inconclusos para la mayoría de los tipos de cáncer debido a los números pequeños de participantes en los estudios. Este nuevo estudio reunió datos de 1,44 millones de personas de 19 a 98 años de edad de los Estados Unidos y de Europa, y pudo examinar un amplio rango de cánceres, incluso de malignidades poco comunes. Los participantes tuvieron un seguimiento medio de 11 años durante los cuales ocurrieron 187 000 nuevos casos de cáncer.
Los investigadores confirmaron que la actividad física en tiempo libre, como la evaluaron los mismos participantes en las encuestas, estuvo asociada con menor riesgo de cánceres de colon, de seno y de endométrio. Ellos determinaron también que la actividad física en tiempo libre estuvo asociada con un riesgo menor de otros 10 cánceres, teniendo las mayores reducciones de riesgo en adenocarcinoma de esófago, cáncer de hígado, cáncer gástrico del cardias, cáncer renal y leucemia mieloide. Mielomas y cánceres de cabeza y cuello, de recto y vejiga mostraron también riesgos menores que eran significativos, pero no tan fuertes. El riesgo se redujo para cáncer de pulmón, pero solo para fumadores actuales y exfumadores; las razones de esto todavía están en estudio.
«Se sabe que la actividad física en tiempo libre reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y de muerte por todas las causas, y nuestro estudio demuestra que también está asociada con riesgos más bajos de muchos tipos de cáncer», dijo el doctor Moore. «Aún más, nuestros resultados apoyan que estas asociaciones pueden generalizarse a poblaciones diferentes, incluso a gente con sobrepeso o a gente obesa, o a quienes tienen antecedentes de tabaquismo. Los profesionales al cuidado de la salud que aconsejan a adultos inactivos deberán promover la actividad física como componente de un estilo de vida sano y como prevención de cáncer».
La actividad física en tiempo libre se define como ejercicio que se hace a discreción propia, con frecuencia para mejorar o mantener una buena condición física o la salud. Ejemplos son caminar, correr, nadar y otras actividades de intensidad moderada a vigorosa. El grado medio de actividad en el estudio fue cerca de 150 minutos de actividad de intensidad moderada a la semana, lo que se puede comparar con el grado mínimo recomendado ahora de actividad física para la población de los Estados Unidos.
Hay varios mecanismos por los que la actividad física podría afectar el riesgo de cáncer. Se ha presentado la hipótesis de que el crecimiento de cáncer podría iniciarse o inducirse por tres vías metabólicas que se afectan también por el ejercicio: esteroides sexuales (estrógenos y andrógenos); insulina y factores de crecimiento como la insulina; y proteínas implicadas tanto con el metabolismo de insulina como con la inflamación. Además, se han presentado las hipótesis de que varios mecanismos no hormonales conectan la actividad física con el riesgo de cáncer, incluso la inflamación, la función inmunitaria, el estrés oxidativo y, para cáncer de colon, una reducción del tiempo que se lleva el excremento en pasar por el tubo digestivo.
La mayoría de las asociaciones entre la actividad física y un menor riesgo de cáncer cambiaron poco cuando se ajustaron al índice de masa corporal, lo que sugiere que la actividad física actúa por otros mecanismos diferentes a bajar de peso para reducir el riesgo de cáncer. Las asociaciones entre la actividad física y el cáncer fueron semejantes también en subgrupos de participantes con peso normal y con sobrepeso, y con fumadores actuales o gente que nunca fumó.
El estudio fue un programa a gran escala de Colaboración de Actividad Física del Consorcio de Cohortes del NCI, el cual fue formado para calcular la actividad física y las asociaciones con enfermedades mediante el uso de datos prospectivos reunidos y un planteamiento analítico regular.
«Durante años, tuvimos evidencia sustancial que apoyaba un papel de la actividad física en tres cánceres principales: colon, seno y endometrio, los cuales juntos representan casi uno en cuatro cánceres en los Estados Unidos», dijo el doctor Alpa V. Patel, un co-autor de la Sociedad Americana Contra El Cáncer. «Este estudio que relaciona la actividad física con otros 10 cánceres muestra que su impacto puede ser aun más importante, y que la actividad física tiene un valor mucho mayor para la prevención de cáncer».