El estrés aumenta el riesgo de ictus en mujeres
Las enfermedades cardiovasculares inciden de manera diferente en ambos sexos: el infarto cardiovascular es más frecuente en hombres y el ictus en mujeres. El estrés es uno de los mayores enemigos de la salud femenina y un factor desencadenante de ictus, por lo que aprender a gestionarlo puede prevenir eventos cardiovasculares adversos
Un taller contra el estrés organizado en Madrid por Boehringer Ingelheim, en colaboración con el programa Mimocardio, ha puesto en valor la necesidad de concienciar a la población sobre la importancia de gestionar el estrés para disminuir el riesgo de ictus en mujeres.
De los casi 130.000 nuevos casos de ictus que se producen cada año en España, el 20% tienen secuelas graves que pueden ir desde problemas en el habla y el lenguaje hasta la paralización de una parte del cuerpo.
Los infartos cerebrales provocan más de 16.000 muertes anuales de mujeres, más del doble que por cáncer de mama y 14 veces más que por accidentes de tráfico, según datos de 2015 del Instituto Nacional de Estadística.
“Hace dos años, la enfermedad cardiovascular dejó de ser la primera causa de muerte global, ahora ha sido superada por el cáncer. Pero si separamos por sexos, en el hombre la primera causa de muerte es el cáncer de pulmón y en la mujer siguen siendo las enfermedades cardiovasculares”, ha afirmado durante este taller la presidenta de la Sección de Cardiología Preventiva y Rehabilitación Cardíaca de la Sociedad Española del Corazón (SEC), Almudena Castro, quien también dirige el programa Mimocardio.
Una cuestión cultural
La evolución del ictus en las mujeres, por lo general, suele ser peor porque la alerta ante los síntomas llega más tarde: “Las mujeres no relacionan el dolor con un síntoma de infarto o ictus porque siempre tienen algo más importante que hacer que cuidarse a sí mismas”, sostuvo Almudena Castro, quién también coordina la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Hospital La Paz de Madrid.
En este sentido, Castro afirmó que “el comportamiento de los factores de riesgo cardiovascular está más reconocido en los varones”, que suelen acudir a consulta acompañados, mientras que las mujeres lo hacen solas.
Para Castro, el principal problema en España es el sedentarismo, que produce obesidad, hipertensión, colesterol alto y diabetes.
En cuanto a la dieta, la experta ha puesto en valor los beneficios de la dieta mediterránea como parte de la cultura española.
Además, según Castro, en la actualidad el número de mujeres que se incorporan al hábito de fumar es mayor que el de hombres.
“Hay cada vez más mujeres jóvenes con infartos y esto antes no se veía”, ha subrayado.
“Una de cada cinco mujeres tiene riesgo de sufrir un ictus a lo largo de su vida, pero este mensaje no tiene que ser pesimista porque se puede prevenir haciendo una vida sana”, ha explicado.
Un mecanismo de defensa
Mónica Esgueva, experta en coaching personal, ha definido el estrés como aquella situación en la que “estás aquí y quieres estar allí”.
El estrés se produce cuando el sistema nervioso simpático se pone en alerta y prepara al cuerpo para la acción ante una amenaza inminente.
Esto ocurre también en los animales: cuando una cebra es perseguida por un león se estresa como mecanismo de defensa para huir.
Tal y como ha explicado Esgueva, el ser humano ha inventado el estrés psicológico, que consiste en “preocuparse por lo que ha pasado, por lo que podría pasar y por los demás”.
“Las situaciones difíciles no tienen por qué convertirse en estresantes siempre que seamos capaces de enmarcar positivamente nuestras circunstancias”, ha señalado.
Mónica Esgueva ha destacado los beneficios del mindfulness, una técnica de meditación que “nos ayuda a estar en el presente y dejar fuera de nuestro ámbito mental aquello que no podemos resolver y que nos está produciendo un estrés innecesario”.
El objetivo, según esta experta en gestión del estrés, es “aceptar lo que ocurre en el presente y tomarnos la vida con un poco más de distancia porque las cosas no son tan graves como parecen”.
El estrés laboral
Teresa Hernández sufrió un ictus a causa de una enfermedad que ya padecía, pero fue desencadenado por el estrés laboral que le provocaba trabajar en una multinacional con un puesto de responsabilidad.
“En ese momento el cuerpo me dio señales que no fui capaz de identificar y lo achaqué a un momento puntual”, ha explicado esta paciente experta, quien coordina la comunicación institucional de la Asociación Española de Portadores de Válvulas Cardíacas y Anticoagulados (AEPOVAC).
Teresa lleva dos prótesis cardíacas y un marcapasos y, aunque ya no puede volver a llevar el ritmo de vida de antes, afirma sentirse más activa y productiva mentalmente en su trabajo actual de media jornada, donde “el estrés tiende a cero”.
“Descubres que el trabajo no es tu vida y tienes que dejarlo porque no es bueno para tu salud. He tenido que renunciar a muchas cosas pero me siento muy satisfecha con el estilo de vida que llevo ahora”, ha destacado Teresa.
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FUENTE: EfeSalud